El capitán de Fuerzas Especiales me miraba sin entender.  Esa era la tercera vez que contaba la historia y ya me salía más o menos coherente. Mi vocabulario civil  chocaba con los precisos monosílabos de la jerga militar que usa el destacamento que tiene por misión proteger el perímetro de La Moneda.

“- La idea es que los novios se saquen una foto en el pasto frente al palacio”.

Silencio.

Sigo hablando con entusiasmo.

“- Porque es bonito pensar que no importa dónde estén dos personas enamoradas, donde vayan crean espacios de intimidad que el resto no puede ver”.

La mirada del capitán entre mi cara y la cara de Jaime, el novio. Hace unos 5 meses nos juntamos en la primera reunión. Tener que convencer a los pacos
un día domingo no es una de las cosas que se imaginó que tendría que hacer previo a su matrimonio. Pero ahí estaba , acompañándome estoico y sonriente.

“- Entonces nos instalamos con la mesa y mostramos ese espacio de intimidad en un espacio público. Esa es toda la gracia”.

Cuando nos reunimos con Asu y Jaime, nos pusimos a hablar sobre posibles locaciones. Al final de la conversa, mencioné que en mi cabeza había una sesión de fotos que nunca había hecho por falta de unos novios lo suficientemente locos para hacerla.

Lo que yo no sabía en ese momento es que decir eso delante de Asu y Jaime es a la vez un insulto y una invitación.

Finalmente, después de pensarlo un par de minutos, nos dió el “afirmativo”, advirtiéndonos que teníamos 10 minutos para hacer la foto.

“- ¿10 minutos desde que armemos la foto o en total? ” dije , intentando negociar.

“- 10 minutos en total”

Carabineros no negocia con terroristas.

Estas fotos no hubieran sido posibles sin la ayuda de Guillermo Alessandri  y Alexander Finat  y los refuerzos que trajo Asu y Jaime. Muchas gracias a todos por la paciencia y por la buena onda.