Nos quedaban 15 minutos de sol. Nos subimos corriendo al auto y nos metimos por el camino de tierra. Adelante, el campo de trigo. Más lejos, lo que queda de sol. Cristóbal maneja rápido, nos bajamos y perseguimos el sol durante el poco tiempo que nos quedaba. Mis dedos apretan los botones de la cámara con rapidez un poco mayor que la de costumbre. El sol se va. Daniela y Cristóbal se ponen a jugar.
Magia.
Cuando tienes la suerte de trabajar con novios motivados y que disfrutan el dia, las fotos salen solas. Registras. Propones. Guardas belleza. Eso pasó ese sábado; novios relajados, creativos en un buen lugar, en un buen momento.
Llegué a ellos a través de Novios y Yo , wedding planners con las que suelo trabajar. Cuando me llaman a una reunión, ya se que todo va a funcionar perfecto, porque se dedican a eso. Que todo salga bien y yo yo soy parte de eso. También trabajamos esa noche con Mundy el encargado de hacer que este carrete sea inolvidable y también encargado de la iluminación. Un gusto trabajar con gente que ama su trabajo.
Viendo las fotos antes de subirlas, vuelvo a ese matrimonio. Vuelvo a estar con mis cámaras mirando y buscando fotos. Vuelvo a estar con Daniela y Cristóba. Y por algún motivo, no dejo de sonreír.