¿Que significa ser fotógrafo?

Significa amar lo que haces. Significa levantarse temprano para sacar las fotos del amanecer. Significa pasar horas esperando la luz adecuada, con el fondo preciso. Significa leer la expresión de una persona y adivinar que gesto va a hacer. Y congelarlo en una fracción de segundo. Significa ser consciente de ser un privilegiado. Entender ese privilegio como una herramienta para mostrar lo que veo.

Elegí contemplar. Elegí ordenar el mundo en un pequeño espacio de 35mm. Elegí editarlo, corregirlo, cambiar colores, contrastes, lentes etc. Elegí eso y un estilo de vida acorde; sin horarios, viajero, caótico ( en el buen sentido de la palabra) y altamente gratificante.

Me encanta mi trabajo. Me gusta, me inspira. Exige física y mentalmente. Me transforma.

No trabajo en comités, no tengo reuniones a las 8 AM, ni tengo horario de salida definido. Pero todo depende de mí. Nada de el registro está hecho por alguien que no sea yo o dependa directamente de mi. Acá no puedo dar explicaciones como que “andaba en un mal día” o “andaba poco inspirado”. Y como no tengo horario, no es raro volver a las 4 am a la casa o editar toda la noche para un trabajo de agencia que me encargaron  “para ayer”.

O tal vez fué al revés. Tal vez la fotografía me eligió a mi. Quizá nunca tuve elección desde que revelé mi primer rollo en el laboratorio de la UDP. Quizá fué el minuto en que saqué la foto que me ayudó a acercarme a la que ahora es mi novia. Quizás fué el día en que tomé las fotos de bandas en La Batuta y me pagaron mis primeras 10 lucas. Tal vez fué esa vez que alguien, por primera vez, puso una foto tomada por mí  en su perfil de facebook. ¿ Mi primer matri? Posiblemente. O esa vez que me publicaron en el períodico en Nueva Zelanda, con mi reportaje de los refugiados colombianos. ¿O fueron mis fotos de  mi primera protesta?

¿Soy yo o es la cámara? Ambos. Nos encontramos al mismo tiempo, en el segundo que se baja el espejo, el sensor registra la luz y hace click. Y ese click queda congelado para siempre, en mi retina, en el computador, en el álbum, en el periódico.

Un click eterno y al mismo tiempo caprichoso. Mi click.

Bienvenidos a mi obsesión. A mi trabajo. A mi estilo, mi lenguaje.

Bienvenidos a mi página y a mis fotos.